Estarán confundidos por el título de mi crónica. Pero no es porque considero malos a los huariques, lo que pasa, es que al realizar este trabajo era necesario ir en busca de huariques para así poder hablar de ellos en mis crónicas , y esa búsqueda fue más difícil de lo que pensábamos.
Al escoger mi tema, para realizar mi pagina Web, se nos ocurrieron tantas cosas, como hacer una página sobre espectáculos, hasta que nuestros sueños se rompieron cuando el profesor, nos dijo: "¿piensan ser urracas?"...
Es así como nuestra búsqueda de temas, comenzó por segunda vez, y se nos ocurrió una gran idea, realizar una página Web sobre HUARIQUES, que rico!!!!...
Con el pretexto de hacer nuestros trabajos, comíamos rico y matábamos el tiempo como siempre. Nuestra primera visita, fue a un Huarique que queda cerca de nuestra facultad, esta en República de Panana. No es la gran cosa, pero mata el hambre y es cómodo para nuestros bolsillos.
Este lugar se repleta de personas que trabajan alrededor de Surquillo, sobre todo en República de Panamá, la atención no es de lo mejor, se demoran demasiado, hasta para traerte una gaseosa o un refresco, pero creo que es lo que tienes que aguantar, porque el precio que se paga es muy poco, para contratar mozos, o exigir una mejor atención.
La más entretenida aventura empezó, gracias a este trabajo conocíamos lugares, bueno en realidad "huequitos" como son llamados, donde podíamos con poca plata comer rico, claro no con la comodidad que uno espera, como en un restaurante, pero sin embargo, era más acogedor, se sentía total confianza, que hasta nos poníamos a charlar con el mozo.
El segundo Huarique que visitamos, no me acuerdo donde queda exactamente, pero la calle es paralela a República de Panamá, es un lugar donde a primera vista ni te imaginas que puedes comer ahí, hay un callejón oculto, como un pasadizo, no tiene nombre, ni tampoco el letrero acostumbrado que diga MENU, pero todo esto se compensa con la exquisitez de sus platos arequipeños.
El rocoto relleno, que me comí como entrada, hizo que mi paladar disfrutará segundo a segundo cada bocado. La entrada acostumbrada de los típicos restaurantes, el plato pequeño, y la miseria que suelen servir, era un "chancay de a veinte”, mi entrada, parecía el plato de fondo, de salida, el postre, todo junto, era el señor rocoto relleno de mucha carne y con harto queso.
Definitivamente, ese rocoto fue el mejor que probé, y eso que fueron muchos, ese lugar es más que recomendable, ahí puedes estar completamente seguro que tu plata será muy bien invertida, la cantidad de platos, el sabor, la atención, todo hace no olvidar ese lugar, y al contrario, lo que da ganas es regresar con más frecuencia, y más rico si te invitan como esa vez, espero que paola lea esto y le diga de parte mia gracias a su papá. Nada más.
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